10 de octubre de 2010

Un cuento, una película, una propuesta y una canción

“Cartas Con Sol” 

(Adaptación del cuento “Sucedidos” de E. Galeano, El Libro de los Abrazos. Alianza Ed.). 
“Hace ya muchos años, Don Veredico sembró casas y gentes entorno al boliche El Resorte, 
pequeño establecimiento para escuchar música, bailar y tomar bebidas, para no quedarse solo.
Muchos años después, se decía que allá había un tesoro, escondido en la casa del ya viejecito 
Veredico quien, ya nuevamente solo en el pueblo, una vez por mes, se levantaba de la cama y se iba a cobrar la jubilación.
Aprovechando su ausencia unos ladrones, venidos de Montevideo, le invadieron la casa en la
que buscaron y rebuscaron el tesoro en cada recoveco. Pero lo único que encontraron fue un viejo baúl de madera en un rincón del sótano.
El tremendo candado resistió los intentos de abrirlo de los ladrones así que se lo llevaron cerrado 
para, con mejores herramientas, abrirlo en su rancho próximo a Ceviche.
Cuando, por fin, lograron descerrajarlo, descubrieron que el baúl estaba lleno de cartas. Enfadados 
lo dejaron abandonado en el camino. Lo hubieran quemado de haber tenido fuego.
Evelina, maestra durante toda su vida en Ceviche, pequeño barrio a las afueras de la capital, 
jubilada ya hacía unos años, permanentemente soltera, siempre esperando ese amor que la llenara de vida, oyó el episodio y, cuando los malhechores hubieron desaparecido, se asomó y descubrió el baúl.
Lo abrió y, con sus manos arrugaditas, sus dedos ya temblorosos, cogió una de las cartas, la leyó 
y descubrió que eran cartas de amor. El tesoro era un baúl lleno de cartas de amor que el viejecito había recibido a lo largo de su vida.
Evelina pensó en dejar el baúl pues ni tenía fuerzas para llevárselo ni veía utilidad en hacerlo así 
que allá lo dejó. Conforme llegaba a casa se le iluminaron sus diminutos ojos y, llamando a su nieto Alonso, le pidió que le acompañara con el carro y la mula para traer a casa el baúl.
Evelina pensó en devolvérselas a su dueño. Pero de una en una. Una por semana. 
Desde entonces, a primera hora de cada lunes, el viejecito madrugaba y se sentaba en lo alto de
la loma. Allá esperaba impaciente que apareciera el cartero en el camino. Según veía asomar el caballo, con las alforjas llenas de mensajes, citaciones, paquetes, regalos, facturas, sueños, disgustos,… por entre los árboles, el viejecito echaba a correr todo lo rápido que le permitían sus años.
El cartero, que ya sabía, le traía su carta en la mano. Y hasta en Ceviche se escuchaban los latidos 
de ese corazón loco de alegría palabras de mujer.
Cuando esto ocurría, Evelina, ya levantada, apoyada en el portón de casa, veía el día amanecer y, 
en su cara arrugadita, se dibujaba una sonrisa mientras pensaba “llegó tarde el calandraca, pero llegó.”
Una película (para disfrutar en familia)
Si vierais en la cartelera del cine una película titulada “Quiero ser como Bechkam” pensarías, 
como pensé yo en 2002, “menudo bodrio para preadolescentes” (si, encima sois de esos tipos extraños a los que, incomprensiblemente, los colores blaugranas os gustan, ya ni digamos).
Pero, una vez más, no hay nada tener pre-juicios para perderte una magnífica oportunidad. 
Este viernes fui al Policarpo para elegir una película que nos entretuviera en nuestra sesión semanal
de cine familiar del viernes a la noche. La ví y me la llevé (casi con vergüenza la llevaba boca a bajo, todo por las hijas)..
No es una película de autor, de esas que gustan a los que como yo, llevan los sábados el suplemento
Babelia de El País bien visible bajo el brazo y se sientan en la Plaza del Castillo esperando ansiosos la hora en que empiece la película rusa, de producción uzbeko-ucraniana, en versión original con subtítulos en checo que ha arrasado en el último de Festival de Cine para Intelectuales Aburridos.
Pero es preciosa. Jesminder es una chica de 18 años. Vive con su familia hindú en Londres. 
Sus padres quieren que una perfecta esposa india para unirse a un perfecto indio que ambas familias acepten mutuamente. Pero a ella le gusta el fútbol y su ídolo Beckham llena las paredes de su pequeña habitación. Un día, mientras está jugando en el parque, Jules (guapísima actriz que hace de pareja en Los Piratas del Caribe del también guapísimo Johnny Deep) se fija en ella y le invita a unirse al equipo femenino local, entrenado por Joe, un entregado y encantador chico irlandés. Jesminder tendrá oportunidades y problemas que tambalearán su pequeño mundo: ser lo que quiere ser o ser lo quieren que sea, lo que debe ser. Su oportunidad de ser feliz y llevar a su equipo a las finales entra en conflicto con su familia y su comunidad. Tratará de no defraudar a unos y otros y utilizará todas las estrategias posibles para poder hacer realidad sus deseos.
Magnífica, entrañable, de reir, emocionarse, llorar, aprender,…. Mucho más rica en matices de
lo que os describo porque, lo que os recomiendo es verla. No dejéis de ir a videoclub y alquilarla y verla solos o acompañados con vuestras hijas o hijos (aunque bien pensado, si tenéis hijos, que además piensan que hay deportes de chicas y deportes de chicos y que el fútbol es monopolio masculino, mejor no darle un disgusto).
Una propuesta (para pensar)
La semana pasada quedé con Richard Lander, nuevo Director de ESIC- Business & Marketing School 
de Pamplona, con el que estoy organizando un curso que daré el primer trimestre de 2011 sobre gestión de proyectos. Es un tipo encantador, vitalista y que tiene la ilusión de todo el que se enfrenta a un nuevo reto.
Entre sus nuevas propuestas: que el plan de marketing que los alumnos/as deben hacer al final de su
grado lo hagan para ONGs pequeñas que no tienen dinero, recursos ni conocimiento sobre el tema.
Una de las ONGs con la que han trabajado es “la Sonrisa de África” ( www.lasonrisadeafrica.com ). 
La historia del inicio –lo cuentan sus protagonistas mejor en su web- comienza, nuevo guiño del destino, en diciembre del 2006, cuando dos chicas de Pamplona, Cristina y Natalia, se disponían a pasar el puente foral en Canarias: sol, playa, descanso. En la agencia de viajes les hablaron de una oferta a Gambia. Y ahí empezó todo…
El grupo de alumnos que les apoyó en el diseño de la imagen corporativa, diseño de web y plan de 
marketing, estuvieron este verano conociendo y colaborando en la zona de Gambia en la que han comenzado a trabajar.
Richard les acompañó dos semanas y en la comida que compartimos a su vuelta se le veía que la
experiencia le había resultado muy enriquecedora. Transmitía entusiasmo e ilusión. Y a mí, de esa forma, se me contagia muy fácilmente. No sé de que manera colaboraremos (la familia cañas-echeverría) pero lo porimero que pensé fue que, al menos, era una buena idea daros a conocer esta iniciativa.
Hay dos líneas de colaboración que me parecieron atractivas: apadrinar un niño/a o comprar una 
colmena.
La primera, aunque, por culpa de algunas ONGs poco cuidadosas y menos claras ha estado un poco 
desprestigiada, creo que sigue siendo una manera de que la familia se sienta vinculada de una manera especial al proyecto, teniendo la posibilidad de ir a conocerle si así lo desea la familia y pasar unas vacaciones trabajando con ellos. Es importante saber que el 100% del dinero va directamente allá y que no pasa con mega-ONGs que la mitad del dinero se pierde en gastos administrativos,…
La segunda, más original, financiar la compra de una colmena de abejas para el desarrollo de la comunidad
rural. Están ahora definiendo el funcionamiento pero, básicamente, es que con el donativo de 30 euros, compran una colmena para la comunidad. Con esas colmenas, cultivan la miel y la venden a través de las redes de comercio justo.
Una canción de despedida (no conozco ninguna que exprese mejor los buenos deseos para todos y todas)
http://www.youtube.com/watch?v=z7hWy55ZA0c
Este video está tiene imágenes de Bansky, el grafitero del mundo más cotizado, que mezcla humor 
con crítica social. No dejéis de verlo. Merece la pena. (http://www.banksy.co.uk/outdoors/horizontal_1.htm)
http://www.youtube.com/watch?v=P6sVfcSaHZk&feature=related
Éste es más tradicional.
Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,

Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.

Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.

Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.

Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.

Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.

Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de boda,
que todas las lunas sean lunas de miel.
J. Sabina

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