17 de mayo de 2011

El arte de la felicidad de SS Dalai Lama

NO creo ni en mi religión que es la buena...
... pero hay gente que me llama la atención. El Dalai Lama uno de ellos.
Me gustaría compartir parte de las cosas que dice en su libro "El arte de la felicidad".

Bajo los métodos de vida del Dalai Lama hay un sustrato de convicciones básicas: la dulzura y la bondad fundamentales de todos los seres humanos, el valor de la compasión, la actitud de amabilidad y sentido de comunidad entre todas las criaturas vivas.

PRIMERA PARTE EL PRÓPOSITO DE LA VIDA

El derecho a la felicidad

El Dalai Lama cree que el propósito fundamental de nuestra vida es buscar la felicidad, tanto si tienes creencias religiosas o no. Y además está convencido de que se puede alcanzar mediante el adiestramiento de la mente, que permita una transformación de nuestra actitud, de toda nuestra perspectiva y nuestro enfoque de vida.

Uno debe empezar por identificar aquellos factores que conducen a la felicidad y los que conducen al sufrimiento. Una vez hecho eso, es necesario ir eliminando gradualmente los factores que llevan al sufrimiento mediante el cultivo de los que llevan a la felicidad.

Es importante buscar la felicidad porque las personas felices, además, son más sociables, flexibles y creativas, más capaces de tolerar las frustraciones cotidianas y, lo que es más importante, son más cariñosas y compasivas que las personas desdichadas.



Las fuentes de la felicidad

La felicidad está más condicionada por el estado mental que por los acontecimientos externos. De hecho, que nos sintamos felices o desdichados en un momento determinado, frecuentemente tiene que ver sobre todo con la forma de percibir nuestra situación, con lo satisfechos que nos sintamos con lo que tenemos actualmente.

¿Qué define en gran medida nuestra percepción y nivel de satisfacción? Esas sensaciones están fuertemente influidas por nuestra tendencia a comparar. La comparación constante con los que son más listos, graciosos, exitosos,… tiende a alimentar la envidia, la frustración y la infelicidad. Pero también podemos intensificar nuestra sensación de satisfacción vital parangonándonos con aquellos que son menos afortunados y apreciando así lo que poseemos.

Los “Desearía ser…” pueden frustrar. Los “me siento contento de no ser …” producen lo contrario.

Lógicamente, la salud, las posesiones materiales y las amistades o compañeros son, de hecho, fuentes de felicidad pero para que un individuo pueda utilizarlos plenamente con el propósito de disfrutar de una vida feliz y realizada, la clave se encuentra en el estado de ánimo.

Cuanto mayor sea el nivel de calma de nuestra mente, tanto mayor será nuestra capacidad para disfrutar una vida feliz.

¿Cómo lograr la satisfacción interior?

La frontera entre lo negativo y lo positivo de un deseo o acción no viene determinada por la satisfacción inmediata, sino por los resultados finales, por las consecuencias positivas o negativas a medio o largo plazo.

Existen dos métodos para lograrla: obtener todo aquellos que deseamos y queremos (dinero, pareja, cuerpo perfecto,…) o, mucho más fiable, querer y apreciar lo que tenemos.

Valor interior

Otra fuente interna de felicidad, estrechamente relacionada con un sentimiento de satisfacción, es la conciencia del propio valor. Y la sensación de pertenencia a la comunidad humana, de vínculo con todos, es suficiente para crear una conciencia de valor y dignidad.

Si la fuente en la que se alimenta la dignidad y la autoestima es únicamente material, quizás pueda mantener una sensación de seguridad mientras dure su buena fortuna. Pero cuando ésta se desvanezca. La persona sufrirá porque no hay en ella otro refugio.

Por mucho que lo intentemos, a menudo no elegimos lo que es “bueno para nosotros”. Ello está relacionado en parte con el hecho de que la “elección correcta” a menudo supone sacrificar nuestro placer a corto plazo, en ocasiones destructivo. No es fácil lograrlo, salvo recordando que lo que buscamos en esta vida es la felicidad y no el placer inmediato.

Entrenar la mente para la felicidad

El camino hacia la felicidad

Si se desea la felicidad, se deberían buscar las causas que en otras ocasiones la han producido, y si no se desea el sufrimiento, debería procurarse que no vuelvan a presentarse las causas y condiciones que dieron lugar al mismo. Es muy importante aprender a apreciar este principio.

El factor mental es clave para alcanzar la felicidad, por ello, nuestra siguiente tarea es examinar la variedad de estados mentales que experimentamos. Necesitamos identificarlos con claridad y clasificarlos en función de que nos conduzcan o no a la felicidad.

Por ejemplo, el odio, los celos, la cólera, la venganza,… son nocivos para nuestra felicidad (aunque puedan dar lugar a un cierto alivio o placer momentáneo). Frente a ellos, el Dalai Lama cree que cultivar los estados mentales positivos, como la amabilidad y la compasión, conducen decididamente a una mejor salud psicológica y a la felicidad.

Disciplina mental

Alcanzar la verdadera felicidad exige producir una transformación en las perspectivas, en la forma de pensar, y eso no es tan sencillo. El cambio requiere tiempo. A medida que pasa el tiempo, s van acumulando los cambios positivos.

Cada día, al levantarte, puedes desarrollar una sincera motivación positiva al pensar “utilizaré este día de una forma positiva. No desperdiciaré este día”. Luego, por la noche, antes de acostarte, analiza lo que has hecho y pregúntate ¿Utilicé este día como tenía previsto? Si todo se desarrollo tal y como lo habías pensado, deberías alegrarte y felicitarte por ello. Si alguna cosa salió mal, lamenta lo que hiciste, sin culparte, y examínalo críticamente.

Podemos cambiar, transformarnos a través del entrenamiento. La práctica repetida de ello nos permite llegar a un punto en el que los efectos negativos de una perturbación no pasen más allá del nivel superficial de nuestra menta, como las olas que agitan el océano pero que no tienen gran efecto en sus profundidades.

Disciplina ética

Aunque nuestra sociedad no lo destaque, el uso más importante del conocimiento y la educación consiste en ayudarnos a comprender la importancia de tener más acciones sanas y aportar disciplina a nuestras mentes.

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